Anime y Manga

 

Básicamente, el manga y animé formaron en Japón a generaciones, desde mediados de la década de los 50’ hasta la actualidad, y lo seguirán haciendo, pues constituyen un paso previo a la literatura por sus características particulares: son más amigables y dinámicos, y su versatilidad, variedad y presentación siempre son bienvenidas por todo tipo de público (sin discriminar edad, idioma, religión o sexo). Son tan universales como cualquier otro arte y no se quedan atrás frente a ningún cambio socio-económico o político. Manga y animé están siempre presentes en la sociedad nipona, la van formando desde el paradigma del momento y, por qué no, del autor. Para estar más cerca de algo que quizás no comprendamos del todo (oriente), hay ciertos puntos que en nuestro país se experi-mentaron y que en el lejano oriente son moneda corriente.

Desde Astroboy hasta lo que es, hoy en día, Naruto o One Piece, animé y manga influenciaron casi siempre a los jóvenes, dándoles la mayoría de las veces mensajes positivos, como la idea del “Faito!” (fight, en inglés; pelea o lucha, en español), moralejas del tipo “si me esfuerzo sobrehumanamente y dejo lo mejor de mí, veré resultados positivos” (ya sea en el estudio, el deporte, etc.). Pero, ¿a qué viene todo esto? Mejor empecemos con algo de historia para que quede más claro.

Anime

 La palabra anime (アニメ?) fue tomada en Japón para nombrar a un estilo de animación, surgido en
ese país. Es el término que identifica a la animación de procedencia japonesa. Su origen es discutido, se cree que el término anime proviene de la abreviación de la transcripción japonesa de la palabra inglesa animation (アニメーション). De ahí que se abrevie a «anime». Por otra parte se cree que es una palabra de origen francés.1 El anime es un medio de gran expansión en Japón, siendo al mismo tiempo un producto de entretenimiento comercial y cultural, lo que ha ocasionado un fenómeno cultural en masas populares y una forma de arte tecnológico.2 Es potencialmente dirigido a todos los públicos, desde niños, adolescentes, adultos, hasta especializaciones de clasificación esencialmente tomada de la existente para el "manga" (historieta japonesa), con clases base diseñadas para especificaciones socio-demográficos tales como empleados, amas de casa, estudiantes, etc. Por lo tanto, pueden hacer frente a los sujetos, temas y géneros tan diversos como el amor, aventura, ciencia ficción, cuentos infantiles, literatura, deportes, horror, fantasía, comedia y muchos otros.3

El anime tradicionalmente es dibujado a mano, pero actualmente se ha vuelto común la animación en computadora. Sus guiones incluyen gran parte de los géneros de ficción y son transmitidos a través de medios cinematográficos (transmisión por televisión, distribución en formatos de video doméstico y películas con audio).[cita requerida] La relación del anime japonés con el manga es estrecha, pues históricamente una gran cantidad de series y trabajos de anime se basan en historias de manga populares. Además, también guarda estrecha relación con las novelas visuales.

Entre los rasgos características de los personajes de anime encontramos el tamaño de los ojos, sus finas narices y bocas, su muy particular cabello y sus cuerpos así como la expresividad de los personajes y el hecho de tener un actitud definida que los hace casi reales a otro contexto.

Un poco de Historia

La animación japonesa comercial data desde 1917 con una serie de cortometrajes similares a las producciones americanas, y desde entonces la producción de obras de anime en Japón ha seguido aumentando de manera constante.

El estilo de arte propio y característico del anime surgió en 1960 con las obras de Osamu Tezuka y se extendió a nivel internacional a finales del siglo XX, junto con el desarrollo de una audiencia nacional e internacional.[cita requerida]

El anime en Japón ahora se distribuye en cines, en emisiones televisivas directamente a los hogares, por canales de cable, DVD, Blu-ray y masivamente a través de Internet para el resto del mundo; clasificándose en numerosos géneros dirigidos a diversas audiencias generales y especializados.

Directores Reconocidos
  • Estudio Ghibli
  • Hayao Miyazaki
  • Mamoru Oshii
  • Katsuhiro Ōtomo

Manga

Manga (漫画) es la palabra japonesa para designar la historieta en general. Fuera de Japón, se utiliza exclusivamente para referirse a las historietas niponas. El animé (アニメ)  es lo mismo que el manga pero en animación; o sea, lo que conocemos popularmente como dibujos animados.

Las primeras características del manga pueden encontrarse en el Chōjugiga (dibujos satíricos de animales), atribuidos a Toba no Sōjō (siglos XI-XII), del que apenas se conservan actualmente unos escasos ejemplares en blanco y negro.
Hombres tomando un baño y buceando de Hokusai.
Hokusai Katsushika, un representante del ukiyo-e, acuñó el término manga combinando los kanji correspondientes a “informal” (漫 man) y “dibujo” (画 ga). Se traduce, literalmente, como “dibujos caprichosos” o “garabatos”. Los japoneses llaman también al manga “imágenes insignificantes”, pues compran al año más de mil millones de volúmenes en blanco y negro, impresos en papel barato.

Al profesional que escribe o dibuja mangas se le conoce como “mangaka” (así como decimos aikidoka, judoka o karateka, para tener presente el término).

El padre del manga moderno

Osamu Tezuka (手塚 治虫, Osaka 3/11/1928 – 9/2/1989) fue un dibujante de historietas y animador japonés, al que a menudo se llama el “padre del manga” o, incluso, el “dios del manga” (漫画の神様  manga no kamisama), debido a la calidad de su prolífica producción y a la influencia de sus técnicas. Tezuka abandonó las historietas que apenas ocupaban unas viñetas por los “story manga” (o mangas de larga duración, con una trama mucho más elaborada) y desarrolló el formato “tankoubon” (libros de 200 páginas, en los cuales se reúnen los pequeños capítulos que salen semanalmente o mensualmente en forma de folletín). Los mismos son recopilados más tarde en un “tankoubon”, formato que actualmente triunfa en todo el mundo para la edición de manga.
Tezuka sensei junto a sus más entrañables creaciones, inmortalizados en estampillas.
La ternura y el profundo y sincero humanismo que imprimió Tezuka a sus personajes dejaron una huella indeleble e hicieron de él un autor universal, capaz de traspasar barreras culturales. Incluso los ojos desproporcionadamente grandes, que son tan característicos de la animación y la historieta japonesa, constituyen un legado de Tezuka. Particularmente, el detalle de los ojos fue una influencia que asimiló el Sensei Tezuka de Walt Disney. El padre del manga moderno también admitió haberle enviado una carta de agradecimiento a Walt Disney por el legado que acabo de mencionar.

Un dato más de color: en 1965, tras leer el manga Astro Boy, Stanley Kubrick invitó a Osamu Tezuka a ser el director artístico de 2001, Odisea del Espacio. La oferta, no obstante, fue rechazada por el maestro, pues suponía trasladarse a Inglaterra durante largo tiempo. No sé qué peculiar aporte podría haber hecho el Sensei Tezuka a esta película, pero resultó una lástima que no fuera posible la empresa.

Por último, Disney, que tanto había influenciado a Tezuka en sus inicios, crearía una de sus mejores obras (El Rey León), basándose en Janguru Taitei (“Kimba, el león blanco”), otra gran obra del padre del manga moderno.

Cómo se conforma

El manga actual está dividido por géneros y audiencias; algunos de los más conocidos y estandarizados son los siguientes:
  • Kodomo manga, dirigido a niños pequeños;
  • Shōnen manga, a chicos adolescentes;
  • Shōjo manga, a chicas adolescentes;
  • Seinen manga, a hombres jóvenes y adultos.
  • Josei manga, a mujeres jóvenes y adultas.
  • Hentai manga, dirigido a mayores de edad, con contenidos pornográficos.
Estos y muchos otros géneros fueron llevados al cine nipón o a la televisión en forma de Sentai (series de TV en las que ciertos héroes manejaban grandes robots, como, por ejemplo, Power Rangers y un gran etc.) o, actualmente, al cine internacional.

Influencia y valores

Caballeros del Zodíaco y Dragon Ball Z, dos iconos mundialmente reconocidos.
Hoy en día, su influencia en el mundo entero es mucho más importante de lo que parece. El manga imparte valores a tus hijos cuando estás trabajando, ya que, según entiendo, hay ciertas cosas que se marcan a fuego durante la infancia, y resulta mejor si ese sello lo produce una serie que los entretiene. De esta manera, no es muy difícil pensar que lo haya hecho con millones de japoneses a lo largo de los años. La mayoría de los manga tienen un mensaje positivo o dejan una enseñanza redonda y consonante en quienes los ven. Algunos ejemplos de esa riqueza pueden enunciarse así: “si me esfuerzo puedo conseguir lo que quiero, y si tengo una voluntad de hierro puedo vencer a mis peores enemigos” (Saint Seiya, conocido como Caballeros del Zodiáco en Latinoamérica y España); “solo aquel de corazón puro podrá aunar toda la energía vital de los seres vivos del universo en sus manos para combatir el mal” (Goku, de Dragon Ball Z); “si soy puro de corazón, puedo tener el amor que deseo” –suena exagerado, pero la repetición termina dándole la mano al tiempo para que surta efecto– (I’s, Love Hina, y un gran etc.); “si realmente tengo un sueño, debo dar todo de mí y lo veré hecho realidad” (Gunbuster, por citar un ejemplo entre muchos). Podría seguir con cualquier valor positivo que se me proponga, pues cada uno tiene una serie que lo reclame. También los openings y endings (canciones de apertura y cierre de cada animé) –más que nada en el Sentai– nos repiten estos valores a menudo.
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